jueves, 3 de junio de 2010

Un partido entre Argentina y España, y como viajar por 35 Euros al día

Castilla y León: la meseta interminable



 Al sur de Valladolid

Algunas impresiones del norte de Castilla y León:

Llego a la estación de autobús de Ponferrada.  Veo una oficina de Información de gran tamaño, y me acerco a ella.  El señor informador aparece desde una oficina interna.  Le pregunto: "¿Qué bus debo coger para ir al centro histórico y turístico de la ciudad?” y el buen hombre responde: “Ah, eso yo no lo sé.  Aquí damos información para los buses que salen de la ciudad, y usted me pide sobre los buses de la ciudad”.  “¿Eh?”. “Los buses de la ciudad son distintos de los buses que salen de la ciudad”.  Camino yo solo unos setenta metros y encuentro una parada de buses urbanos, con un mapa que me indica, luego de cierto trabajo para descifrarlo, que bus debo tomar.  Una vez en la oficina de turismo de Ponferrada les comento sobre el suceso.  “Claro” dice la chica, “es que esa es la oficina de Información de buses que van fuera de la ciudad”.  Argentina 1 – España 0.

Voy al supermercado de un Shopping a comprar comida, así no gasto mis magros Euros en un menú del día.  Cuando estoy a medio camino del albergue a donde duermo, me doy cuenta que me olvidé de comprar un jabón, así que entro a otro supermercado. Cuando me dispongo a pagar, me dice la cajera que el billete de 5 Euros que le dí es falso.  Y efectivamente, le faltan los pelos esos fluorescentes que se ven con la luz negra, y además tiene la banda plateada “gastada”.  Vuelvo al supermercado del Shopping a los dos días y les cuento sobre el billete.  La cajera lo mira a la luz y dice: “esto no es falso”. No se me ocurre comprar nada con el billete en ese momento, si lo intento seguro que dice que es falso.  Me lo llevo de recuerdo.  Argentina 1 – España 1.

En los cines españoles todas, pero todas las películas son proyectadas con doblaje al español ibérico.  En algunos casos las películas también se doblan al Catalán. Salvo en Madrid y Barcelona, y en algún caso especial en otras ciudades, ésta es la única forma de ver cine en el país.  Además, las ciudades carecen de Cinematecas, o clubes de cine.  Solo hay ciclos de cine muy de vez en cuando. En televisión, todas las series de éxito son dobladas.  Barney dice en “How I Met Your Mother” lo siguiente: “¡Ponte el traje! ¡Ponte el traje!”.  Los españoles lo encuentran gracioso. El nivel de inglés en el país es paupérrimo, aunque los críticos del subtitulado (“es que leer y ver la película es difícil”) dicen que no hay relación entre las dos cosas.  Hoy he visto una película doblada. Está muy bien hecho,nada se pierde del sonido ambiente, pero yo sé que en el fondo no es lo mismo. Teniendo en cuenta la relación de recursos económicos entre los dos países y la cantidad de películas y series afectadas: Argentina 5 – España 1.

Un obvio caveat: el 30% de la población argentina está debajo de la línea de pobreza, aunque el país en si es rico, y produce alimentos para algo así como ocho veces su población.  En España los alimentos están al mismo precio o a veces más baratos que en Buenos Aires. Y hay muchísima más variedad de productos en los supermercados, y de mayor calidad.  Y aunque hay 20%  de población en paro, nadie muere de hambre. Argentina 5 – España 10.  Ganador: España.


Las ciudades castellanas

Las ciudades de la comunidad autónoma son todas interesantes.  Desde la vital capital Valladolid a la impactante Salamanca, la romántica y románica Zamora, la independiente León hasta la provinciana Palencia, donde me encuentro ahora, todas son un destino en si mismas.

Las ciudades castellanas están divididas en dos zonas bien delimitadas:  por un lado tenemos una zona histórica con edificios construidos entre los Siglos XII y la primera mitad del Siglo XX, iglesias y ermitas, grandes bancos y compañías de seguros, colegios y ayuntamientos, cada uno un ejemplo de su época.  Esta zona es eminentemente peatonal y adaptada a las necesidades del hombre como ser urbano.  La segunda zona rodea a la primera en todas partes y se compone de amplias avenidas y edificios de departamentos gemelos de unos 4 o 5 pisos, cuando no de complejos habitacionales salidos de las peores pesadillas distópicas.  La arquitectura de estas zonas se corresponde con los finales del Siglo XX y el principio del XXI, cuando el Estado de Bienestar español se constituye en una continuación de la arquitectura fascista-comunista de los años 1960s.  En esta parte de la ciudad el automóvil es rey.  Existen amplias aceras y bancos para sentarse (y supongo que la población, demasiado adulta en todas partes, por no decir anciana, necesita sentarse seguido), pero cientos de metros de edificación idéntica elimina toda particularidad que pueda darle a la zona un carácter.  Es lo mismo estar en Palencia o en Zamora, en todos están estos balcones marrones, estos carteles que supuestamente facilitan la circulación, estos semáforos eternamente en rojo, las vías para bicicletas que llegan a ninguna parte y las líneas de autobuses que aparecen de vez en cuando, un par de veces por hora. 

      Y sin embargo hasta la más pequeña de las ciudades parece un centro urbano importante, edificios que terminan repentinamente y tras ellos sólo está el campo, la gran meseta castellana, aún verde, prontamente amarillenta y calurosa.  Junto al centro de cada ciudad, un río verdoso, patos, algún cisne, amapolas y otras flores, un cura caminando lentamente hacia alguna iglesia de las tantas que aparecen en cada esquina.  Esta es la vida castellana, y la mejor forma de sacarle provecho es emborrachándose lentamente sentados frente al menú del día, a la hora de la siesta, cuando el calor obliga incluso a las omnipresentes cigüeñas a  quedarse al abrigo de sus nidos en lo alto de las torres eclesiásticas.  Un buen Rioja (tempranillo de Finca Besaya del 2008 mientras escribo estas líneas),  un cocido de conejo y alubias, incompatible con el sol estival que espera fuera del restaurante, y las voces de los locales obviando toda crisis presupuestaria.  Esa es la vida de Castilla y León, la que se prepara para festejar sus centenarias fiestas religiosas en pueblos minúsculos sin futuro.  La que apuesta al turismo mediante ambiciosos proyectos pero se olvida de los pequeños detalles que hacen la visita posible.  Es el corazón de España, y su parte olvidada.  Quinientos años después, la venganza del Inca ha sido llevada a cabo.
        
El Empleo Público y la historia moderna.

En Palencia viven unas 80.000 personas.  De éstas 11.000 son empleados públicos.  Esta tendencia a emplear en el Estado a una parte importante de la Población Económicamente Activa (PEA) es obvia para cualquiera que visite un museo castellano.  En el Museo de Arqueología de Palencia hay varias empleadas por piso, que vigilan los objetos expuestos, más un agente de seguridad sentado frente a las casillas donde el visitante deja sus pertenencias antes de entrar.  Es desempleo encubierto, al mejor estilo de los Planes Trabajar de nuestro país.  También se observan muchos vehículos policiales dando vueltas a diferencia de una ciudad de igual tamaño en Argentina, y muchísimos trabajadores pintando verjas y rejas en las calles y la rambla frente al río.  Sin estos empleos, es claro que el paro (la parte de la PEA que no encuentra trabajo aunque lo busca) sería mucho mayor.

Como en otros lugares que visité, la historia en este museo y en otros culmina en la  Edad Media o a lo sumo en la época Imperial (luego de los Reyes Católicos, con los Austrias emperadores, finalizando en Felipe II, quién ideó El Escorial).  De lo que pasa luego, no hay noticias ni Museos.  Tal vez haya que buscar estos restos en Madrid, quien sabe. Hay una pista en los mapas de las ciudades.  Fuera del centro, en los barrios nuevos, hay calles con nombres sudamericanos.  En Salamanca el barrio peligroso es Buenos Aires, y aquí en Palencia, del otro lado de las vías del tren y lejos del río, Asunción, Montevideo y Buenos Aires comparten un lugar bordeando las plazas Lima y Bogotá.  Allí estamos, en los márgenes de la civilización cuyo momento cumbre fue a principios del Renacimiento.  ¿Seremos nosotros el futuro, el nuevo centro de las ciudades españolas?

Las calles sudamericanas en Palencia:

http://maps.google.es/maps?f=q&source=s_q&hl=es&geocode=&q=palencia&sll=-34.608418,-58.373161&sspn=0.177456,0.441513&ie=UTF8&hq=&hnear=Palencia,+Castilla+y+Le%C3%B3n&ll=42.010195,-4.521153&spn=0.005006,0.013797&z=16


Como viajar por 35 Euros al día:

En realidad no es tan difícil como pareciera.  El cálculo es el siguiente: una noche en un Albergue en España cuesta unos 11.50 Euros.  A eso hay que sumarle unos 5 a 10 Euros en viajes por la zona.  Tenemos todavía 15 Euros para gastar, y con una comida abundante de 7-8 Euros más algo chico para la noche, todavía quedan un par de Euros para pagar la entrada a un museo (que van de 1 a 5 Euros).  Si ya estamos en una ciudad y nos quedamos alló solo gastaremos un par de Euros en viaje, entonces hay más para otros gastos.  El secreto está en ahorrar en las cosas superfluas que a veces uno compra sin pensar: latas de Coca-Cola por la calle en vez de tomar agua, demasiados cafés, y obviamente, cigarrillos.  Los gastos pequeños son los que al final del día sumaron diez Euros más  que hubieramos utilizado en cosas más interesantes.  Ningún secreto aquí, se puede pasear por España por 175 pesos argentinos por día.

Les debo decenas de fotos, alguna descripción sobre las provincias de León y Palencia, el papel de la Iglesia en el turismo, y tantas cosas más... Ah, la Catedral de León es imperdible, es como estar dentro de un modelo de computadora sobre una Catedral ideal: no se cuantos miles de metros de vitrales hacen la vida imposible de los ingenieros que deben mantener a la Catedral en pie a través de los siglos.  Estuve más de una hora dentro.

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