domingo, 27 de junio de 2010

Castillos, montañas, "Children of Men" en el mundo real y Aragón

No escribí en los últimos días porque estoy leyendo el último libro de Stephen King, “La Cúpula”.  Una diversión más en el mar de atracciones culturales que cada pueblo y ciudad ofrece.

Al sur de Pamplona el paisaje deja de ser verde y una especie de mini-meseta patagónica se abre a ambos lados del camino. En el pequeño pueblo de Olite recorro uno de los castillos restaurados más bellos de España, hermosas torres de cuento de hadas, un jardín en las alturas e incluso agua corriente con cañerías de 400 o 500 años. Una chica local me ofrece guardar mi equipaje mientras paseo.  Olite se siente como la España de antes, la que era amable, antes de su Europeización.  Duermo en la agradable Tudela, casa de muchos judíos reconocidos de la Edad Media, y al otro día me encuentro en Tarazona, un laberinto de hermosos edificios mudéjares entre cerros y un pequeño río.  La belleza pueblerina da mucha energía, uno simplemente tiene ganas de más, hablar con la gente en los bares simples, tomarse una clara con limón, unos pinchos con gamba, hasta que el calor pase.

En las noticias, se anuncia que la tasa de natalidad por mujer ha descendido al 1.41.  La edad promedio de las madres primerizas es 29.5 años.  Los españoles marchan a pasos agigantados hacia su desaparición física.  Ni siquiera los inmigrantes parecen ayudarlos: las mujeres extranjeras tienden a los números españoles una vez que se encuentran varios años en el país.  Las razones, dicen en los foros de la red, son muchas: la crisis, el alto costo de los apartamentos y la creciente deuda personal por las hipotecas, el individualismo y la cultura hedonista, las leyes de divorcio que otorgan todo tipo de ventajas a la mujer despojando a su ex de una parte importante de sus ingresos, y la supuesta posibilidad a futuro de caros tratamientos de fertilidad o directamente, y como ya les conté una vez, la posibilidad de traerse una chinita, una de verdad, no de las del campo. ¿Será éste el fin de la civilización occidental?  Tal vez sea el siglo de Latinoamérica, la nueva Europa.

Zaragoza es una ciudad demasiado grande para mi viaje.  Son más de medio millón, y la actitud es sofisticada y provincial a la vez, orgullo de capital.  Es muy señorial, amplias avenidas, miles de autos, lo de siempre para toda ciudad “grande” española.  Pasé dos días en ZGZ (como le dicen los amigos) y disfruté su gigantesca catedral del Pilar porque me salvaba del intenso calor.  De aquí justamente sale ese nombre para las mujeres, la Virgen María se le presentó una vez a Santiago, el de Compostela, bajando desde el Cielo en un pilar de mármol, que puede ser besado en éste lugar. Obviamente ni la Virgen ni Santiago estuvieron nunca cerca de España, si es que siquiera existieron.

De ZGZ partí hacia Huesca, capital de los Pirineos aunque éstos no se ven en el horizonte.  Huesca es un lugar simpático, callejuelas, centro histórico, un parque con olor a un pueblo cordobés en verano, edificios de piedra, restos de estatuas romanas que apuntan a una grandeza perdida en la Edad Media.  De allí a Barbastro, y luego hacia el Norte comienza el camino hacia el valle de Benasque.

Los Pirineos son como uno se los imagina, cumbres de granito y montañas verdes, nieves eternas y ríos azules, cabañas iguales a las de Bariloche. Las casas serán viejas, pero están reformadas y de los habitantes originales pocos deben quedar.  El valle se está repoblando de emprendedores turísticos, muchos argentinos con negocios, exactamente como en El Bolsón.  Todos los pueblos de la zona son turísticos, todos son pequeños, cuanto más cerca de las altas cumbres pirenaicas, más caros son los alojamientos.  Benasque es un mini-San Martín de los Andes, pero sin lago.  Es el punto de partida para un parque nacional al que no pude ir, porque las conexiones de bus exigen quedarse a dormir en el lugar.  No es la primera vez que me sucede.  España no está preparada para el mochilero, solo les interesa el turismo local de alta gama. ¿Debería haber ido a Marruecos con todos los demás jóvenes?  El lugar es precioso, no veo motivo por el cual no debería estar lleno de mochileros, no todos pueden querer sentirse magnates en Fez.
Por último, hoy duermo en un pequeño pueblo llamado Graus.  En lugares como éste es donde se descubren sorpresas, como un impresionante monasterio con una galería doble que sube en diagonal pegado a la pared vertical de un cerro sobre el pueblo, y una plaza mayor con edificios del siglo XVI con pinturas alegóricas.  Los demás pasan por la ruta y yo me quedo.  En uno de los bares, bastante grande, todos los vecinos se juntan para ver en múltiples pantallas los partidos del Mundial.  ¡Vamos Argentina!

  En los próximos días voy a recorrer otros valles Pirenaicos, veremos que me espera.

lunes, 21 de junio de 2010

El País Vasco y Mondragón

Cuando se sale de La Rioja hacia el País Vasco al principio el cambio es imperceptible.  Después de todo, estas dos comunidades se juntan con Castilla y León en una punta de la medialuna riojana, una ondulada planicie rodeada de altas montañas que le ofrecen a la zona el resguardo perfecto para el crecimiento de las uvas tan conocidas por todos.  Pero una vez que pasamos el larguísimo túnel hacia Vitoria (más de 3 kilómetros) lo que nos espera son nubes, llovizna incesante, y el malhumor de los vascos.

“En el País Vasco no se folla” dice la frase popular, y perdonen la expresión, pero parece que es cierto.  Es un lugar distinto a España, sin dudas, pero si la diferencia consiste en amargarse mientras el sol se esconde y tomar alcohol hasta que la violencia supera a la alegría, no veo motivos por los cuales los vascos deberían  tener su estado independiente.  San Sebastián (que no visité ésta vez) es un lugar hermoso, y Bilbao es vital, pero la ingenuidad castellana por lo menos mantiene las paredes limpias de grafitos sin sentido. Eso sí, hay mas cultura y se nota.  Muchos museos de Vitoria son gratuitos, pude dejar mi mochila masiva en una dependencia municipal sin ningún problema para visitar un pueblo amurallado, y además es gente industriosa, que en Mondragón-Arrasate ha creado el conglomerado de cooperativas más grande y más exitoso del mundo.

Mondragón es un pueblo en lo bajo de una quebrada entre montañas.  Desde la autopista que cruza los cerros por medio de imposibles puentes, hay que bajar hasta donde pasa el río para visitar una ciudad de calles alargadas con la forma de la quebrada, edificios despintados por los rigores del invierno (que parece durar hasta los primeros días de Julio), y un par de ascensores públicos que salvan los desniveles entre los distintos barrios.



El primer ascensor

Mondragón desde arriba

No hay carteles en las calles explicando la importancia de Mondragón, y las cooperativas no son visibles desde el centro histórico.  Hablo con la gente del lugar, y la impresión que queda es de desencanto.  El que no es miembro de la cooperativa la resiente, puesto que los miembros son los que hacen entrar a sus hijos a trabajar con empleo fijo (cosa que no me parece mal en absoluto) y otras personas de la zona son contratadas en régimen temporario, y luego su contrato no es renovado (cosa que sí es incorrecta).  Además, parece que algunos de los directivos del conglomerado no son miembros cooperativos, algo que no debería suceder en ninguna empresa con esa forma social. 

Este lugar posee uno de los índices de desempleo más bajos de la península ibérica, y uno de los mayores índices de ingreso pér capita en un municipio. ¿Entonces porqué no es un pueblo alegre, porqué sus calles están sucias y sus jóvenes se comportan como si estuvieran en una jaula? Mondragón tiene montañas, industria, universidad, bares y restaurantes, y se encuentra a poca distancia de Bilbao, San Sebastián y Vitoria.  Debería ser un lugar perfecto.  ¿Será el clima, será el nacionalismo vasco?  Hay que descubrir la razón y neutralizarla, porque Mondragón es el molde de donde fluyen los ejemplos prácticos para la construcción del socialismo del Siglo XXI.

A continuación, algunas fotos de grafitis y posters en los muros callejeros de la ciudad:



La peli de Zapatero, hacer click para leer todos los nombres

Necesitan una Ley de Medios (click para leer)

Tampoco quieren el tren de alta velocidad

Un clásico en el país Vasco, aunque creo que no saben mucho del tema

Y finalmente, para descansar de tanta protesta, les muestro la vista desde el pueblo amurallado de Laguardia, solito a los pies de las montañas defendiendo desde el lado Vasco a la planicie riojana:


La próxima vez que escriba voy a estar en los Pirineos, y quien dice, puede ser que (con suerte) vaya a la mayor fiesta de Europa: los Sanfermines.  Veremos veremos después lo sabremos.

PD: Agrego un link a mi pagina de Couchsurfing así Google me indexa, porque hasta ahora no salgo en los resultados:


http://www.couchsurfing.org/people/marksoc/

lunes, 14 de junio de 2010

Soria – Caminante no hay camino

La historia de Antonio Machado se encuentra íntimamente ligada a Soria.  El poeta viene de pasar años en ciudades importantes, de vivir Madrid y en París.  Y sin embargo en 1907 aparece enseñando Francés en un aula de una pequeña capital de provincia, una de las menos visitadas de todas, y se enamora.  Y no resulta difícil el imaginar porqué.

Soria vive separada del resto por amplios campos entre cerros verdes, y a sus pies el Duero lento de siempre.  Sus gentes salen todas las noches a comer tapas y beber como si de Barcelona se tratase.  Hay cierta alegría en Soria, pese al clima que los esconde en sus casas la mayor parte del año. El sistema de bicicletas públicas en Soria es un fracaso.  Es que ¿quién va a buscar una bicicleta con las subidas y bajadas, la llovizna y la nieve?, me explican los locales. 

Pero caminar a la vera del Duero se puede, y mucho, protegiéndose bajo los chopos (álamos) que reemplazaron a los sauces llorones hace ya tiempo.  Soria es para poetas, dice Machado, y el más famoso de todos se enamora de una pequeña de trece años, a la que desposa cuando llega a los quince.  Pero tres años después ella enferma de tuberculosis y muere, dejando a Machado con el corazón partido y la necesidad de abandonar el pueblo.  Una semana después del funeral, Antonio abandona Soria a la que no volverá por veinte años.  Pero nos quedan sus versos, su esperanza frente al olmo atravesado por un rayo pero cuyas hojas verdes prometen un renacimiento, la melancolía que invade todas las callejuelas y que fortalece en el poeta su vena literaria, la que todos conocemos.

“Hace algún tiempo en ese lugar, donde hoy los bosques se visten de espinos, se oyó la voz de un poeta gritar, caminante no hay camino, se hace camino al andar, golpe a golpe, verso a verso”.

viernes, 11 de junio de 2010

Aranda y el Duero

No es la primera vez que me encuentro con ese río amplio y profundo, de aguas verdes y lentas que surcan la meseta castellana y dividen el viejo territorio entre los cristianos bárbaros y los musulmanes sofisticados.  Al bajar de Burgos hacia Aranda del Duero, ésta sensación de frontera se fortalece, campos sembrados relativamente vacíos, algunos pueblos en las alturas con palacios que parecen fuertes (Lerma).

Aranda del Duero no aparece mucho en las guías turísticas.  Es la mayor ciudad de la región, más de 30.000 personas, y tiene un centro histórico bastante bonito.  La Lonely y la Handbook señalan la existencia de dos iglesias notables y el olor a cordero asado en las calles.  Este cordero se llama lechazo, porque se lo mata antes que pruebe el pasto.  Se supone que debe ser lo más tierno que se puede comer.  El resultado es una mezcla entre la carne de lomo argentina y una chuleta de cerdo, demasiado rosadito y convoca fibra para mi gusto, y definitivamente sobrevaluado por los locales.  Deben ser los años de comer buena carne prácticamente cuando uno quiera (y no necesariamente lomo).  Las vacas en Europa están más protegidas que los inmigrantes o las mujeres golpeadas. Matar una para comerse el lomo no es costumbre por estos lares.

En Aranda me hospedo en la casa de una chica que fue contratada por el Consorcio de la Ribera del Duero para fomentar el turismo en la zona.  La ribera en las provincias de Valladolid y Burgos es conocida por sus vinos, mejores que los de La Rioja (española), menos conocidos aún por el público internacional.  Esa primera noche en Aranda me presenta a la hija de un exitoso empresario local, sommelier premiado como el mejor de España hace unos años, que ha abierto una bodega que tuvo un crecimiento meteórico, El Lagar de Isilla.  Visitamos su restaurante, bajo el cual hay una bodega subterránea del siglo XIII, y que se extiende por túneles aún inexplorados que conectan todo el subsuelo de Aranda en una red de 7 kilómetros. Leyeron bien, hay actualmente 7 kilómetros de corredores bajo el suelo de una ciudad pequeña (de los originalmente 14 en la época de oro del vino arandino, allá por los siglos XV y XVI).  Cuando el Consorcio de la Ribera culmine su trabajo, ésta red de túneles va a ser conocida en todo el país y se va a convertir en uno de los principales atractivos turísticos del centro de España.  Lo leyeron aquí, que se sepa.

Los vinos del Lagar se componen principalmente de la uva “tempranillo”, llamada aquí Tinta del País.  Si un vino contiene entre el 85 y el 90 por ciento de esta uva, puede pedir la certificación como “Vino de la Ribera del Duero”, una denominación de origen que asegura su procedencia y funciona como una marca para promocionarlo en el mundo. Este sistema de denominaciones unifica a las distintas bodegas frente a la competencia de otras zonas y países, y parece ser muy efectiva. Tal vez podríamos hacer algo parecido en Argentina fuera de poner el nombre de Mendoza o Salta en la etiqueta. Un poco de cooperación nunca viene mal.  En todo caso las bodegas también pueden producir otros tipos de vino (les dicen “de autor”) y éstos no van a llevar la etiqueta de de la denominación.  El vino es excelente, y bebido en cuantiosas cantidades en todos los bares y restaurantes.

El plan era permanecer en Aranda solo un día, pero me quedo tres.  Visito Peñafiel, un pueblo hermoso con su propio castillo monumental y una de las plazas de toros más antiguas del mundo (ver fotos).  También paso por Peñaranda, y por la bodega industrial del Lagar de Isilla, en otro pueblito llamado, justamente, La Vid.  La campiña del Duero es relajante y  bucólica, y aunque el clima en estos días es frío y lluvioso, la gente es amable y se toma la vida con mucha calma.  Si no hay mar cerca, el vino mejora la vida cotidiana.  La infraestructura turística todavía no está del todo preparada.  Como en todo Castilla, siempre se dirige hacia los turistas de alta gama.  Pero hay un futuro escondido entre los viñedos, un Cafayate que pugna por salir y que en cualquier momento es tapa de las revistas de viajes.  Hay que visitar la Ribera antes de la masificación.  Lo leyeron aquí, y que se sepa.

Hoy me encuentro en Soria, mi ultimo destino junto al Duero (mucho más al Este) y mi última ciudad en Castilla y León.  Ha sido un interesante viaje por la historia entre los siglos X y XVI, un viaje por el proceso de “Reconquista” del territorio español para los que ahora se llaman “españoles”, un viaje solitario compartido con la gente del lugar, sin mochileros.  De aquí en adelante se vienen las montañas y las fiestas de verano en todos lados.  Es un cambio bienvenido, pero voy a echar de menos la libertad de sentirse un descubridor en tierras relativamente poco visitadas.  No es necesario viajar a la Patagonia para estar en tierra de frontera. En medio de un país cuasi-Europeo, toda Castilla lo es.  Cambio y fuera.

PD: Pilar, la hija del dueño de El Lagar de Isilla, ha sido nombrada hace una semana como una de las seis mejores sommeliers de España. No sabemos si es la cuarta, quinta o sexta, porque sólo han definido los lugares precisos para los primeros tres.  Al momento de irme de Aranda, Pilar estaba dando entrevistas para la televisión de Castilla y la de México.  Se nota en el vino.

Algunas fotos de otros lugares:

  ¿Bicententenario?  León ya pasó el Milenario

Baño para discapacitados en un Museo

Para tomar de la canilla

¿Batman a caballo? Mas o menos, es el Cid Campeador

Un amigo que hice en Burgos.

martes, 8 de junio de 2010

Burgos: el otro guardián de la meseta.

El triangulo castellano y el Camino de Santiago

Al sur está Valladolid, la capital que una vez fue imperial. Al Oeste se encuentra León, el viejo reino, que nunca le perdona a Castilla, su hija, el haberla rebajado a simple provincia.  En el medio de todos, la provinciana Palencia, rodeada de meseta y tal vez la verdadera imagen del castellano, y al Este, justo antes de la Sierra Cantábrica y la nación Vasca, está Burgos, la solemne y elegante ciudad alargada frente al río Arlanzón.

Todas estas ciudades tienen su parte vieja llena de historia, su parte nueva llena de edificios de departamentos idénticos, sus grandes parques y sus fuentes en medio de rotondas de tráfico.  Valladolid se siente una capital, y parece menos adormecida que las demás ciudades. Es un pequeño Madrid.  León me ha parecido más deprimente, menos avanzada, puerta de una zona montañosa cultural y económicamente intermedia entre Castilla y el “país en vías de desarrollo” de Galicia.  Las ciudades interiores de León (Astorga y Ponferrada) tienen carácter y preciosas construcciones históricas.  De hecho, Astorga se limita a ser la ciudad histórica, prácticamente sin ensanches modernos.

A León y a Burgos las une la línea del Camino de Santiago, el producto turístico por excelencia del norte de España.  El Camino parece multiplicarse en variantes que cubren otras zonas del país, dado su extraordinario éxito en su tradicional versión llamada “El camino Francés”.  En este año (2010) el día de Santiago cae justamente en un domingo, y por eso es considerado un Año Jacobeo, es decir, que se perdona todo pecado a aquél peregrino que llega a Santiago de Compostela a venerar al santo.  En pueblos y ciudades en el camino, uno puede encontrar decenas de albergues para peregrinos, generalmente muy baratos o que aceptan donativos “a voluntad”.  En los restaurantes del camino se ofrecen menúes completos por € 8.50 (lo que no me parece precisamente barato para un peregrino).  Y efectivamente el camino está repleto de gente, especialmente de edad avanzada de todo tipo de países europeos occidentales y de los Estados Unidos.  También hay gente joven, pero para un latino, acostumbrado a ver jóvenes todo el tiempo, estos son los menos.  ¿Ya les conté que uno aquí se acostumbra a ver a viejos y nada más que viejos? Pareciera que toda la población ha superado los 60 años (¡perdón papá y mamá!).


 Creando caminos
 
En Burgos me he encontrado con carteles de una vía llamada la Ruta del Cid (por el Cid Campeador, el famoso mercenario del siglo XI que a veces mataba musulmanes).  Parece que la Comunidad de Castilla y León está tratando de generar nuevos “caminos” para tratar de repetir el éxito de Santiago.  Incluso han incluido lugares donde uno puede sellar su libreta de viaje, el mismo método utilizado por la Iglesia para otorgar los certificados de peregrinaje.

Hablando de la Iglesia, ésta es la institución más poderosa de Castilla, o por lo menos lo parece, y además es el mayor peligro para el turismo en la zona. Una gran parte de los atractivos turísticos de Castilla se encuentra dentro de las catedrales y otras propiedades pertenecientes a la Iglesia, y en consecuencia, cuando ésta decide  que uno puede acceder a estos tesoros, siempre cobra un precio por encima de lo correcto.  Cinco Euros para ingresar a la Catedral de Burgos, cinco o tal vez cuatro para una buena parte de los museos catedralicios, dinero para todo, en todas las ciudades.  Los cuidados museos y centros de interpretación estatales suelen ser muy baratos o gratuitos (hasta € 3 para los mejores museos, y con días gratuitos o descuentos importantes) pero para ver una escultura del maestro Gil de Siloé ubicada en su lugar original, casi siempre hay que desembolsar dineros que van a parar a las arcas religiosas (la Cartuja de Miraflores es una gran excepción). Entre la ambición eclesiástica, la falta de infraestructura para el mochilero (¡no existen los hostels, directamente no hay!), los precios caros y la ceguera estatal, que obliga a cerrar los museos y las oficinas de información turística todos los lunes, el caudal turístico en Castilla puede llegar a asemejarse a la meseta en verano: seco.  Hay un potencial inmenso en la zona, demasiada historia para absorberla en una sola vuelta, cientos de pueblos y ciudades con los que hacer circuitos interesantes sin necesidad de crear atracciones artificiales. Veremos si se deciden a aprovecharlo o no.
  
Un poco sobre Burgos antes de irme...

Burgos es una ciudad preciosa, tal vez la más linda de las que vi luego de Salamanca, claro.  No es un lugar para salir por las noches, pero ofrece paseos junto al río, tapas interesantes incluyendo su famosa morcilla de Burgos (viene rellena de arroz), muchísimo verde, estatuas, y una sensación señorial.  Es una ciudad que se comporta como un pueblo, y cuya parte antigua es a la vez su centro comercial.  Estuve casi tres días allí y aunque fueron demasiados caminé la ciudad a más no poder, haciendo su porción de Camino de Santiago una y otra vez.  Desde la Cartuja de Miraflores hasta el centro de la ciudad hay unos cincuenta minutos de caminata entre el río y el parque, patos, ciclistas, viejos y más viejos, y el aire estival, la vida cotidiana como una vacación permanente.


 

jueves, 3 de junio de 2010

Un partido entre Argentina y España, y como viajar por 35 Euros al día

Castilla y León: la meseta interminable



 Al sur de Valladolid

Algunas impresiones del norte de Castilla y León:

Llego a la estación de autobús de Ponferrada.  Veo una oficina de Información de gran tamaño, y me acerco a ella.  El señor informador aparece desde una oficina interna.  Le pregunto: "¿Qué bus debo coger para ir al centro histórico y turístico de la ciudad?” y el buen hombre responde: “Ah, eso yo no lo sé.  Aquí damos información para los buses que salen de la ciudad, y usted me pide sobre los buses de la ciudad”.  “¿Eh?”. “Los buses de la ciudad son distintos de los buses que salen de la ciudad”.  Camino yo solo unos setenta metros y encuentro una parada de buses urbanos, con un mapa que me indica, luego de cierto trabajo para descifrarlo, que bus debo tomar.  Una vez en la oficina de turismo de Ponferrada les comento sobre el suceso.  “Claro” dice la chica, “es que esa es la oficina de Información de buses que van fuera de la ciudad”.  Argentina 1 – España 0.

Voy al supermercado de un Shopping a comprar comida, así no gasto mis magros Euros en un menú del día.  Cuando estoy a medio camino del albergue a donde duermo, me doy cuenta que me olvidé de comprar un jabón, así que entro a otro supermercado. Cuando me dispongo a pagar, me dice la cajera que el billete de 5 Euros que le dí es falso.  Y efectivamente, le faltan los pelos esos fluorescentes que se ven con la luz negra, y además tiene la banda plateada “gastada”.  Vuelvo al supermercado del Shopping a los dos días y les cuento sobre el billete.  La cajera lo mira a la luz y dice: “esto no es falso”. No se me ocurre comprar nada con el billete en ese momento, si lo intento seguro que dice que es falso.  Me lo llevo de recuerdo.  Argentina 1 – España 1.

En los cines españoles todas, pero todas las películas son proyectadas con doblaje al español ibérico.  En algunos casos las películas también se doblan al Catalán. Salvo en Madrid y Barcelona, y en algún caso especial en otras ciudades, ésta es la única forma de ver cine en el país.  Además, las ciudades carecen de Cinematecas, o clubes de cine.  Solo hay ciclos de cine muy de vez en cuando. En televisión, todas las series de éxito son dobladas.  Barney dice en “How I Met Your Mother” lo siguiente: “¡Ponte el traje! ¡Ponte el traje!”.  Los españoles lo encuentran gracioso. El nivel de inglés en el país es paupérrimo, aunque los críticos del subtitulado (“es que leer y ver la película es difícil”) dicen que no hay relación entre las dos cosas.  Hoy he visto una película doblada. Está muy bien hecho,nada se pierde del sonido ambiente, pero yo sé que en el fondo no es lo mismo. Teniendo en cuenta la relación de recursos económicos entre los dos países y la cantidad de películas y series afectadas: Argentina 5 – España 1.

Un obvio caveat: el 30% de la población argentina está debajo de la línea de pobreza, aunque el país en si es rico, y produce alimentos para algo así como ocho veces su población.  En España los alimentos están al mismo precio o a veces más baratos que en Buenos Aires. Y hay muchísima más variedad de productos en los supermercados, y de mayor calidad.  Y aunque hay 20%  de población en paro, nadie muere de hambre. Argentina 5 – España 10.  Ganador: España.


Las ciudades castellanas

Las ciudades de la comunidad autónoma son todas interesantes.  Desde la vital capital Valladolid a la impactante Salamanca, la romántica y románica Zamora, la independiente León hasta la provinciana Palencia, donde me encuentro ahora, todas son un destino en si mismas.

Las ciudades castellanas están divididas en dos zonas bien delimitadas:  por un lado tenemos una zona histórica con edificios construidos entre los Siglos XII y la primera mitad del Siglo XX, iglesias y ermitas, grandes bancos y compañías de seguros, colegios y ayuntamientos, cada uno un ejemplo de su época.  Esta zona es eminentemente peatonal y adaptada a las necesidades del hombre como ser urbano.  La segunda zona rodea a la primera en todas partes y se compone de amplias avenidas y edificios de departamentos gemelos de unos 4 o 5 pisos, cuando no de complejos habitacionales salidos de las peores pesadillas distópicas.  La arquitectura de estas zonas se corresponde con los finales del Siglo XX y el principio del XXI, cuando el Estado de Bienestar español se constituye en una continuación de la arquitectura fascista-comunista de los años 1960s.  En esta parte de la ciudad el automóvil es rey.  Existen amplias aceras y bancos para sentarse (y supongo que la población, demasiado adulta en todas partes, por no decir anciana, necesita sentarse seguido), pero cientos de metros de edificación idéntica elimina toda particularidad que pueda darle a la zona un carácter.  Es lo mismo estar en Palencia o en Zamora, en todos están estos balcones marrones, estos carteles que supuestamente facilitan la circulación, estos semáforos eternamente en rojo, las vías para bicicletas que llegan a ninguna parte y las líneas de autobuses que aparecen de vez en cuando, un par de veces por hora. 

      Y sin embargo hasta la más pequeña de las ciudades parece un centro urbano importante, edificios que terminan repentinamente y tras ellos sólo está el campo, la gran meseta castellana, aún verde, prontamente amarillenta y calurosa.  Junto al centro de cada ciudad, un río verdoso, patos, algún cisne, amapolas y otras flores, un cura caminando lentamente hacia alguna iglesia de las tantas que aparecen en cada esquina.  Esta es la vida castellana, y la mejor forma de sacarle provecho es emborrachándose lentamente sentados frente al menú del día, a la hora de la siesta, cuando el calor obliga incluso a las omnipresentes cigüeñas a  quedarse al abrigo de sus nidos en lo alto de las torres eclesiásticas.  Un buen Rioja (tempranillo de Finca Besaya del 2008 mientras escribo estas líneas),  un cocido de conejo y alubias, incompatible con el sol estival que espera fuera del restaurante, y las voces de los locales obviando toda crisis presupuestaria.  Esa es la vida de Castilla y León, la que se prepara para festejar sus centenarias fiestas religiosas en pueblos minúsculos sin futuro.  La que apuesta al turismo mediante ambiciosos proyectos pero se olvida de los pequeños detalles que hacen la visita posible.  Es el corazón de España, y su parte olvidada.  Quinientos años después, la venganza del Inca ha sido llevada a cabo.
        
El Empleo Público y la historia moderna.

En Palencia viven unas 80.000 personas.  De éstas 11.000 son empleados públicos.  Esta tendencia a emplear en el Estado a una parte importante de la Población Económicamente Activa (PEA) es obvia para cualquiera que visite un museo castellano.  En el Museo de Arqueología de Palencia hay varias empleadas por piso, que vigilan los objetos expuestos, más un agente de seguridad sentado frente a las casillas donde el visitante deja sus pertenencias antes de entrar.  Es desempleo encubierto, al mejor estilo de los Planes Trabajar de nuestro país.  También se observan muchos vehículos policiales dando vueltas a diferencia de una ciudad de igual tamaño en Argentina, y muchísimos trabajadores pintando verjas y rejas en las calles y la rambla frente al río.  Sin estos empleos, es claro que el paro (la parte de la PEA que no encuentra trabajo aunque lo busca) sería mucho mayor.

Como en otros lugares que visité, la historia en este museo y en otros culmina en la  Edad Media o a lo sumo en la época Imperial (luego de los Reyes Católicos, con los Austrias emperadores, finalizando en Felipe II, quién ideó El Escorial).  De lo que pasa luego, no hay noticias ni Museos.  Tal vez haya que buscar estos restos en Madrid, quien sabe. Hay una pista en los mapas de las ciudades.  Fuera del centro, en los barrios nuevos, hay calles con nombres sudamericanos.  En Salamanca el barrio peligroso es Buenos Aires, y aquí en Palencia, del otro lado de las vías del tren y lejos del río, Asunción, Montevideo y Buenos Aires comparten un lugar bordeando las plazas Lima y Bogotá.  Allí estamos, en los márgenes de la civilización cuyo momento cumbre fue a principios del Renacimiento.  ¿Seremos nosotros el futuro, el nuevo centro de las ciudades españolas?

Las calles sudamericanas en Palencia:

http://maps.google.es/maps?f=q&source=s_q&hl=es&geocode=&q=palencia&sll=-34.608418,-58.373161&sspn=0.177456,0.441513&ie=UTF8&hq=&hnear=Palencia,+Castilla+y+Le%C3%B3n&ll=42.010195,-4.521153&spn=0.005006,0.013797&z=16


Como viajar por 35 Euros al día:

En realidad no es tan difícil como pareciera.  El cálculo es el siguiente: una noche en un Albergue en España cuesta unos 11.50 Euros.  A eso hay que sumarle unos 5 a 10 Euros en viajes por la zona.  Tenemos todavía 15 Euros para gastar, y con una comida abundante de 7-8 Euros más algo chico para la noche, todavía quedan un par de Euros para pagar la entrada a un museo (que van de 1 a 5 Euros).  Si ya estamos en una ciudad y nos quedamos alló solo gastaremos un par de Euros en viaje, entonces hay más para otros gastos.  El secreto está en ahorrar en las cosas superfluas que a veces uno compra sin pensar: latas de Coca-Cola por la calle en vez de tomar agua, demasiados cafés, y obviamente, cigarrillos.  Los gastos pequeños son los que al final del día sumaron diez Euros más  que hubieramos utilizado en cosas más interesantes.  Ningún secreto aquí, se puede pasear por España por 175 pesos argentinos por día.

Les debo decenas de fotos, alguna descripción sobre las provincias de León y Palencia, el papel de la Iglesia en el turismo, y tantas cosas más... Ah, la Catedral de León es imperdible, es como estar dentro de un modelo de computadora sobre una Catedral ideal: no se cuantos miles de metros de vitrales hacen la vida imposible de los ingenieros que deben mantener a la Catedral en pie a través de los siglos.  Estuve más de una hora dentro.